El pueblo de Castril fue declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de de Conjunto Histórico en el año 2001. Esta calificación se fundamento básicamente en el buen estado de conservación y homogeneidad de su caserío que se ha ido desarrollando en armonía con sus emplazamientos, adaptando su estructura urbana a la abrupta topografía del lugar, y por sus valores paisajísticos, Castril es un magnifico mirador que domina la zona baja del Valle del Río Castril y sus sierras circundantes. Destaca la Peña, declarada Monumento Natural, en la que se sitúa los restos del Castillo Nazarí, y la zona de bancales que rodea al pueblo. Hay que resaltar la fuerte vinculación entre las áreas construidas y las naturales, éstas llegan a formar parte del asentamiento, ya que la condición emientemente agrícola del mismo hace difícil separa unas de otras, convirtiendo el sistema de riego tradicional que las abastece en un elemento vertebrador del ambos espacios. Se puede considerar el eje “Plaza Don Hernando de Zafra – Calle Carmen – Plaza Nueva” como la zona donde se genera el resto el resto de trama urbana y están las viviendas de más tamaño, originarias del siglo XIX y principios del XX, históricamente ocupadas por la pequeña burguesía local. Por el contrario, las mejores muestras de arquitectura popular se localizan en el “Barrio del Hondo”, donde, sobre un dédalo de calles estrechas y sinuosas, se asienta un caserío caracterizado por su escasa altura, blancor y sencillez. Por último es de destacar en esta localidad el mantenimiento de sus tradiciones, hecho que se refleja en su rica gastronomía que da lugar, entre otras cosas, a una importante producción de embutidos, en la ya mencionada fabricación de cucharas de madera y en la conservación de su patrimonio inmaterial, como la celebración de los famosos Toros de Castril y suelta durante la feria, en honor del Sto. Cristo del Consuelo y de la Virgen del Rosario, para concluir hacer referencia al arte soplado del vidrio artístico de Castril, de reconocido prestigio internacional, estos rituales se recogen en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, elaboradoro por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de Andalucía (IAPH).